Tuesday, July 21, 2009

Guerra y Futbol

El àrbitro lentamente se llevò el silbato a la boca y con la descarga de una nota aguda, asustò a los segundos quienes apuraron el paso y todo pasò muy ràpido después de ese momento. Un jugador tiene la bola, la pasa, el equipo contrario intercepta, se lo barren, corren, un centro, un tiro y… fallò al gol! El presidente veìa enfurecido desde las graderìas, pero el sabìa que la guerra solo habìa comenzado. La guerra. Un juego de futbol. Una guerra en un juego de futbol. Què tranquilo fuera el mundo si las guerras se resolvieran jugando fútbol.

Hace poco escuchè a alguien explicar por què el fútbol es el deporte màs famoso del mundo y me parecio muy acertada su teoría. Dijeron que el fútbol cumple con el propòsito de los humanos: usar su fuerza y habilidades para demostrar supremacía ante sus contrarios; en otras palabras, ganar. Igual que la guerra, el fútbol es usar orgullosamente la camisa de nuestro paìs y defender nuestro territorio ante el equipo contrario. Vièndolo de este punto de vista, es una làstima que los lìderes mundiales no usen el fútbol para resolver sus diferencias.

Si las guerras se resolvieran jugando fútbol, los lìderes mundiales pudieran saber que una guerra va mas allà de un intercambio de palabras recargadas con intenciones de amenaza y una alza en su presupuesto. Ellos pudieran sentir la adrenalina que sienten sus soldados, pero intercambiarìan la M-16 por los nuevos taquillos en promoción de la marca Reebok. Si las guerras se resolvieran jugando fútbol, se acatarìan con precisiòn las reglas; se puede desobedecer una entidad internacional, pero nadie niega el mandato de un àrbitro que acaba de sacar una tarjeta roja. Si las guerras se resolvieran jugando futbol, los hijos de muchos padres tal vez fueran enviados a la banca, no enviados al siguiente mundo. Si las guerras se resolvieran jugando futbol, lo que explotarìa fuera una marejada de comentarios de los fanàticos eufòricos, y no un camiòn lleno de nitroglicerina aparcado al frente de una escuela primaria. Si las guerras se resolvieran jugando fútbol, lo mas que se pudiera perder ante el equipo contrario fuera una falta mal cantada, un gol, un juego, un campeonato y hasta nuestro orgullo, pero jamàs se perderìa una vida humana.

Alguien observador una vez dijo que la fuerza bruta es un recurso estùpido que usan los niños pequeños y los paìses grandes; èl tenìa razòn, el mundo fuera un lugar mucho màs sano si en vez de guerras tuvièramos màs fútbol.

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